Llamamiento a los ciudadanos del mundo

El mundo actual afirma con insistencia que el Homo sapiens se está transformando en Homo consumers. La concepción del mundo del consumismo, ha capturado definitivamente la consciencia de la humanidad. Yo mismo he aplicado los mayores esfuerzos para reprimir en mí mismo el deseo de sentir euforia, una satisfacción fabulosa por la posesión y el uso de todos los bienes materiales de la civilización industrial. 

¿Y usted” ¿A qué cima de sentimientos aspira la generación actual? ¿Qué pensamientos dominan su intelecto en la vida cotidiana? ¿Vestirse con ropa de marcas de prestigio mundial y procurar exponer a la vista de todos los nombres de los modistos conocidos? ¿Rodar por las calles de las ciudades en un Bentley, un Ferrari o un Lamborghini? ¿Poseer lujosas villas en los balnearios de élite del Mediterráneo y Florida? ¿Demostrar públicamente sus relaciones personales con “Miss Asia”, “Miss Europa” o “Miss América”, para despertar en quienes le rodean un sentimiento de envidia? ¿O soñar con adornarse con joyas o relojes de muñeca de marcas de élite? ¿Saciarse con las ideas de codicia, sed de poder y fama mundial? ¿Inquietar la consciencia con la aspiración a ocupar una posición elevada en la sociedad? ¿Gastar las fuerzas espirituales en la consecución de la superioridad personal, de la pertenencia a la élite? ¿Implantar y cuidar en la vida las normas de una clase privilegiada? ¿Crear un mundo en el cual se enseñorea la sinfonía de lo “chic”?

A usted, al parecer, no le interesa la salud del planeta y por eso, concurre con avidez a los programas de entretenimiento, a los restaurantes, a los desfiles de moda y otras ferias de las vanidades; se tienta a sí mismo con comodidades regias, desprecia la sencillez y la humildad; en sus círculos introduce el desprecio espiritual por los pobres, los recatados, los no muy exitosos, los débiles, los desposeídos. El mundo actual de las personas está educado para conseguir la satisfacción mediante el consumo. Se preocupa incansablemente por el desarrollo de los bienes materiales, olvidándose del perfeccionamiento intelectual y espiritual. Y precisamente el vacío y la falta de espiritualidad llevará a la humanidad a su perdición. 

El ser humano es una criatura complicada, no descifrada por completo, pero fácilmente manejable. Se puede afirmar que no existe una fuerza más efectiva, capaz de moderar su pasión por el consumo, que la violencia. En su codicia, el ser humano es un monstruo moral: sólo el crecimiento de su riqueza, y no el enriquecimiento espiritual de la consciencia, le produce una infinita satisfacción consigo mismo. En honor a la verdad, es necesario señalar que todos los seres vivos, desde el más sencillo organismo unicelular hasta el ser humano, comenzaron por el consumo. Si este sentimiento no se hubiera desarrollado en ellos desde un principio, no habrían tenido futuro. Es conocido que todos los instintos de los animales se forman a partir del principio dominante de la pirámide: el sistema de avituallamiento de cualquier organismo exige insistentemente el consumo. Sin embargo, la vida falta de armonía, sin una unión estrecha con la naturaleza, es peligrosa y carente de sentido. Por lo visto, el débil intelecto no permite valorar toda la deficiencia de nuestra conducta diaria; no valoramos e ignoramos las leyes de la naturaleza y de esta manera acercamos el colapso mundial.

El desarrollo industrial de la producción de productos de consumo, ha adoptado en el ser humano una comprensión tergiversada, hipertrofiada de las normas indispensables. En la euforia de su deleite, se ha olvidado, o no quiere saber, que el planeta Tierra, y todo el Universo, está formado de las mismas partículas y elementos que el propio ser humano y que también son dependientes unos de otros. En palabras sencillas: si en un fragmento del Universo, digamos en el planeta Tierra, la armonía de la homeostasis auto apoyada de las partículas elementales se ve destruida, entonces existe más de algo y menos de otra cosa. Como consecuencia, se rompe el equilibrio autopoiésico y aparece la crisis. Crisis de la biosfera, la atmósfera, la hidrósfera, la geósfera y luego, el colapso total de todos los seres vivos. Es precisamente ésta la catástrofe que le espera a la humanidad: en su base fundamental, yacen la falta de conocimientos y la aspiración prevaleciente en el Homo consumers actual por el consumo excesivo. Si la civilización contemporánea forma para la humanidad todo un repertorio de valores que le llevan a la cumbre de la gloria, la riqueza, la fama nacional y mundial, los modelos instrumentales para la consecución  de estos picos de ambición, muy a menudo permiten la destrucción de la verdadera contemplación sensorial y conducen a la degradación de la personalidad, a la esterilidad espiritual, a la primitivización de los placeres (el fortalecimiento de la cultura pop: el culto a los números musicales primitivos, la muestra de vestimentas de moda, de rostros artificiales similares, de mansiones y automóviles lujosos), lo que conduce a un patológico y poco reflexivo modo de vida consumista

Piensen en esto: en 1995, nuestra civilización industrial lanzó a la atmósfera 38 millardos de toneladas de equivalente de CO2. En 2005 fueron 47 millardos de toneladas (o sea un 23% más que diez años antes) en 2016, la emisión de gases de efecto invernadero ya fue de 53,4 millardos de toneladas (un 40% más que en 1995). De acuerdo con los pronósticos, en 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero (que son el resultado de nuestro consumismo total y absurdo) serán de 64,4 millardos de toneladas. Más adelante es aún peor: la atmósfera recibirá 80,1 millardos de toneladas al año. Y hacia el año 2070, más de 100 millardos de toneladas de gases de efecto invernadero. Si no se reduce el volumen de emisiones de gases de efecto invernadero, no podremos evitar un empeoramiento crítico del clima en el planeta y las terribles consecuencias que se derivan de ello. La insaciabilidad del ser humano engendra enfermedades incurables de la sociedad, que se transmiten de generación en generación y privan de futuro a nuestros hijos y nietos. 

En 1995, la población de la Tierra era de 5,6 millardos de personas. En 2005, ya eran 6,3 millardos; en 2015, 7,3 millardos. De acuerdo con los pronósticos, para el año 2030, la cantidad de habitantes del planeta llegará a 8,5 millardos, hacia el 2050, a 9,7 millardos y para el 2070, 11,4 millardos de personas. Como ya hemos dicho, los gastos conjuntos de los países del mundo para la defensa del medio ambiente (acerca de los que tanto se habla al nivel mundial más alto), al calcularlos para un m2, resultan ser tan sólo 0,0001 de centavo al año (o 0,00000027 dólares EUA al año). Estas cifras realmente no influyen de ninguna manera en la solución de los problemas que se avecinan.

El mundo necesita con urgencia una revolución ecológica de la consciencia de las personas. Si la consciencia de las masas no se transforma, si de ser un Homo consumer no nos convertimos en Eco sapiens, si el ser humano no renuncia al enriquecimiento perverso, para finales del siglo XXI la humanidad desaparecerá, caerá en el olvido.

¿Cómo protegerse de la catástrofe ecológica y no permitir la muerte del planeta Tierra? Esto lo pueden garantizar sólo nuevos estándares de consumo, aprobados unánimemente, adoptados y observados solidariamente por todos los pueblos del mundo, estándares que yacerán en la base del desarrollo de una verdadera “economía intelectual verde”.

El arsenal conceptual del nuevo hombre contemporáneo, el Eco sapiens, debe apoyarse en las siguientes ideas y recomendaciones:

- creación del código ético conceptual del Eco sapiens, código que debe convertirse en la normal legal y moral para todos los habitantes del planeta; la existencia de cada uno de nosotros se integra en la vida de todo el ecosistema de la Tierra y se armoniza con ella. La reducción radical del propio ego es el imperativo más importante de la autorrealización;

-la consolidación legal de la norma acerca de que el capital personal global de los ciudadanos de todos los países del mundo no puede ser superior a 1 millón de euros. El resto de los activos deberá distribuirse en las cuentas de un Fondo ecológico especial dependiente de la ONU (una ONU reformada, o una organización internacional nueva). Esos recursos serán manejados por la Comisión mundial, dirigiéndolos exclusivamente a las necesidades del planeta, lo cual quiere decir a todos los habitantes de la Tierra;

-cesar la imposición de la “vida hermosa”, en la acepción actual del término, a todos los ciudadanos del mundo; la vida fuera del lujo y de lo “chic” debe ser un ejemplo digno. Mientras menor sea el deseo de enriquecer los conocimientos y elevar el nivel cultural, más enajenada será la pasión por el consumo material. Es indispensable limitar legalmente el derecho a poseer colecciones de ropa, de joyas, de automóviles, de casas, de pisos, de pintura, de cristal, de porcelana, de muebles de anticuario, de todo aquello que puede considerarse un bien material, o aumentar la carga fiscal para los propietarios de objetos de élite. Juzgar a aquellos que, mediante astucias variadas, traten de “vivir bonito”, en el estilo “luxury”;

-limitación legal, a partir de 2035, de la construcción de pisos y casas con un espacio habitable superior a los 40 m2 por persona;

-reforma de la iluminación festiva de las ciudades, teatros, parques, casas, mediante el uso de la eco tecnología. Sacar adelante los proyectos de instalaciones en órbitas bajas (a 50 km de la superficie de la Tierra) de espejos, para la iluminación del territorio durante la noche. Esta novedad permitirá economizar energía eléctrica, reducir el consumo de hidrocarburos y debe convertirse en una norma ecológica;

-reducción en un 95% (en comparación con la cantidad global mundial) de la muestra y realización de espectáculos, conciertos televisivos, programas de entretenimiento con la participación de artistas y presentadores populares. Crear las condiciones para la introducción de un matiz irónico y negativo cuando se llama a las personas “estrellas”, “grandes”, “personas VIP”, “iconos del estilo”.

Los organizadores de los espectáculos son los culpables de la visión del mundo del consumo. El espectro externo de los presentadores, la propaganda de un estilo de vida glamuroso, la demostración de marcas de élite, provoca en el espectador masivo el deseo de imitarles, de gastar sus recursos en objetos caros y aspirar a corresponder a los “estándares de lo chic”

En calidad de alternativa a los programas de entretenimiento, es indispensable aumentar en la televisión la cantidad de transmisiones dedicadas a los problemas de la ciencia, el perfeccionamiento biológico del ser humano, las posibilidades de cambiar su substancia orgánica, un modo de vida saludable, de acuerdo con los estándares del Eco sapiens y la “economía verde”. Los científicos más importantes deberán llevar a cabo esos programas, comentarlos e intervenir en ellos en calidad de expertos.

En todos los países del mundo, la televisión está orientada al espectador masivo y basa su contenido en las necesidades e instintos inferiores del ser humano, bajando de esta manera el listón de desarrollo intelectual de toda la sociedad. La concepción del mundo y los trabajos de personas de intelecto elevado, no son objeto de demanda, son desconocidos en la sociedad y el nivel intelectual general de la humanidad baja irremediablemente. Las máquinas mediáticas transforman en consumistas enajenados incluso a intelectuales en potencia. No puedo imaginar siquiera a Albert Einstein, Ernst Rutherford, Robert Koch, Richard Feinman, Niles Bor, los esposos Curie, Piotr Kapitsa, Peter Highs, Zhores Alfredov o Grigori Perelman paseando por boutiques en busca de ropa y calzado de moda, o comprando champaña caro, o asistiendo a reuniones con las estrellas de la pantalla. El guardarropa de esas personas estaba compuesto siempre por unas cuantas camisas y un par de trajes; todos sus pensamientos estaban dedicados a la afirmación del ser humano en el mundo, al descubrimiento de su enorme potencial. Los representantes de la generación actual son capaces de experimentar alegría y placer sólo al comprar un vestido nuevo, tejanos, un gadget de último modelo o al mirar la tan esperada temporada de una “serie de culto”.

El principal culpable de la crisis de la civilización, que ha conducido a la aparición del Homo consumers, es la maquinaria mediática mundial, cuyo trabajo permite la implantación total de un sentido excesivo del consumo en la consciencia de los terrícolas. Su intelecto no se conecta de ninguna manera con el tema científico global de la evolución propia. Para que se lleve a cabo la revolución ecológica, para que la Tierra siga siendo el lugar donde habita el ser humano, es indispensable declarar un boicot absoluto a todo el estúpido sistema mediático del mundo;

-interrumpir la prestación de servicios de calidad elevada de acuerdo con el estatus social. Excluir el uso de términos como “Business class”, “clase preferente”, “clase turista”, “1ª, 2ª y 3ª clase”, “elite”, “alta sociedad”, “oligarca”. Colocar horizontalmente todas las capas sociales, independientemente de su bienestar financiero, cargo que ocupa, nivel educativo o título y estatus obtenidos;

-reducir en un 95% (en comparación con la cantidad global mundial) de todos los espectáculos y actividades como los desfiles de modas, festivales, “alfombras rojas”, ferias comerciales que presenten nuevas telas, automóviles, objetos de lujo, películas, series televisivas. Reducir a nivel estatal el interés del lector masivo por revistas ilustradas sobre modas y compras, revistas que hacen propaganda del modo de vida de las “estrellas” y de placeres sensuales (ediciones como “Playboy”, “Vogue”, “Elle”, “Cosmopolitan”, “Glamour”, “People”, “GQ” y otras);

-reducir la producción de yates privados, cruceros, aviones privados, coches y camiones que utilicen hidrocarburos, mientras no se encuentre una fuente alternativa de energía;

-desarrollo de nuevos tipos de telas ecológicas, dentro de los marcos de desarrollo del programa Eco sapiens, gracias al cual al ser humano le será suficiente tener una pequeña cantidad de ropa de calidad para el verano, el invierno, el otoño y la primavera (a elección los vestidos y el tipo de calzado);

-introducir una limitación a la cantidad de restaurantes que se abren, y, al mismo tiempo, una concepción nueva, meditada y ponderada, del funcionamiento de los puntos de alimentación colectiva y los almacenes de venta de productos alimenticios, que también son provocadores activos del consumo excesivo. La nueva concepción deberá ser desarrollada en el marco de las reuniones del “Club de Hamburgo Eco sapiens. Es necesario hacer de determinadas plataformas electrónicas el método principal de venta de mercancías, incluidos los alimentos, a fin de reducir las propuestas ilimitadas y la influencia de la propaganda de las campañas de marketing en la psicología del consumidor masivo.

-reducir el consumo de agua. Una persona gasta cada día un promedio de 30 litros de agua pura para el consumo personal (según la estadística oficial de la OMS, esta cifra alcanza los 50 litros pero, para nuestros cálculos, nos hemos ceñido a cifras promedio). El agua se gasta de la siguiente manera:

-en la higiene personal (lavado, cepillado de dientes, lavado de manos, ducha): 7,5 l,

-en la preparación de la comida: 4 l,

-en el lavado de la vajilla: 7 l,

-en el uso del escusado, y la descarga de la cisterna: 10 l,

-agua potable: 1,5 l.

En 2019, la población del planeta es de 7,7 millardos de personas, de las cuales 6,3 tienen acceso al uso de los recursos del agua.

6,3 millardos de personas x 30 l = 189 millardos de litros; 200 millardos de litros son el consumo diario de agua de la humanidad;

189 millardos de litros x 365 días = 68,985 billones de litros, lo que quiere decir que la humanidad gasta anualmente cerca de 69 km3 de gasto de agua para uso personal.

Pronóstico del uso del agua para el año 2050:

9,7 millardos de personas x 30 l = 291 millardos de litros, lo que será el consumo diario de agua de la población de la Tierra;

291 millardos de litros x 365 días = 106,215 billones de litro, o 106 km3 , lo que será el gasto anual de agua para uso personal de la población de la Tierra;

El lago de Constanza nos lo “bebemos” en 8 meses (para el año 2050, en 5 meses), el lago de Ginebra, en 1,3 años (10 meses), el Mar de Azov, en 4 años (2,5 años); 

- dejar de utilizar para el año 2035 toda la vajilla y cubiertos de metal, madera y plástico. 

Es indispensable reemplazarlos por objetos hechos con productos alimenticios. Las cucharas y los tenedores, por ejemplo, pueden hacerse de arroz, trigo o sorgo, las cucharitas, de caramelo y chocolate, las tazas, de frutas secos, los platos, de salvado, queso, maíz o patata. Son posibles otras variantes; la tecnología actual permite hacerlo al nivel más alto, aunque no a niveles masivos. Al final de la comida, la vajilla y los cubiertos se comen y de esta forma se reduce el gasto de la preciosa agua y de las pastillas de jabón necesarias para el lavado. Como resultado, se reduce el reciclaje de los residuos.

Al reducir el gasto de agua en el lavado de la vajilla y la preparación de la comida, economizaremos el 36% del consumo medio de agua de toda la humanidad, lo que significa 0,07 billones de litros al día (0,07 km3) y 25,3 billones de litros al año (25,3 km3). De esta manera, podemos conservar un lago Ontario (EUA) y medio o diez hermosísimos lagos de Van (Turquía) anualmente;

Es indispensable recordar que los recursos del planeta no son ilimitados, y tomando en cuenta el crecimiento constante de la población, se los puede llamar modestos, mirándolos en la perspectiva de dos o tres generaciones. Con esto, el estado cualitativo del planeta está ilustrado por los datos de facturación de la industria farmacéuticas. Si el año 2001 las compañías farmacéuticas ganaron 400 millardos de dólares, el año 2018 su ganancia ya fue de 1,2 billones de dólares. Es decir, tres veces más. El año 2000, los gastos mundiales en sanidad fueron de un promedio de 472 dólares por persona, pero en el 2016 ya fueron 1025 dólares. En el informe del CDC (Centro para el control y la prevención de enfermedades de EUA) se indica que para el año 2016 en el planeta tiene lugar -a causa del aumento de la temperatura- un cambio del ámbito de propagación de las enfermedades. El calentamiento, por ejemplo, propicia activamente la migración de los bacilos productores de la enfermedad de Lyme, del virus del Nilo occidental, de la malaria a otras regiones.

Al investigar los desechos de la actividad vital humana, se encuentra en ellos un contenido elevado de metales diversos. En un kilogramo de materias fecales se encuentra como promedio 0,0065 miligramos de mercurio, 0,15 mg de talio, 1,5 mg de cadmio, 8,8 mg de arsénico, 14,5 mg de plomo, 23 mg de níquel, 28 mg de plata, 40 mg de cromo, 49 mg de vanadio y 638 mg de cobre. Da la impresión de que el organismo humano se convierte en una fábrica de aglomerado. Esto ocurre como consecuencia de que la civilización consumo arroja a la atmósfera una cantidad significativa de equivalente de CO2. Las substancias químicas caen sobre el suelo junto con las lluvias y, por medio de los productos alimenticios, van a dar al organismo humano.

-prestar especial atención a la industria pesada actual y a las consecuencias de su desarrollo. La conquista del cosmos por el ser humano lleva consigo grandes riesgos ecológicos. Cada vez que se enciende un cohete o un cohete de lanzamiento reutilizable, se arroja al gas atmosférico una gran cantidad de moléculas de agua, que destruyen la capa de ozono de la ionosfera a una altura de 50-100 kilómetros. Cada lanzamiento destruye cerca de 50 000 toneladas de ozono, creando en la capa de ozono de la Tierra agujeros de 50 000, 100 000, 300 000 km2. Si se realizan cien lanzamientos al año, la superficie de los agujeros aumentará, consecuentemente, en 100 veces. Como resultado de la actividad humana, la capa de ozono ya ha disminuido en un 8-9%. 450 lanzamientos de cohetes pesados reutilizables serán suficientes para destruirla por completo. Esto significa que se acabará la vida en la Tierra. Igualmente, después de los lanzamientos cósmicos, se fijan en la atmósfera efectos magnéticos, químicos, dinámicos, electromagnéticos y caloríferos. Los cohetes que utilizan combustible sólido son los que influyen de manera más negativa en el estado del ozono, ya que en sus estelas reactivas se encuentra una gran cantidad de cloruro de hidrógeno, que es un activo destructor del ozono. Los ecólogos estadounidenses deben prestar atención al trasbordador STS, cuyos motores provocan el mayor daño a la atmósfera. Desde el punto de vista ecológico, para la realización de grandes flujos de carga al cosmos es conveniente utilizar cohete-portadores a base de motores de combustible líquido. Sin embargo, cabe señalar que, hoy en día, no se han inventado medios efectivos de defensa de la capa de ozono ante la acción de los cohetes y de las emisiones a la atmósfera de productos resultantes de la quema del combustible para cohetes.

La ONU deberá reglamentar todos los lanzamientos de objetos cósmicos; es indispensable desarrollar tecnologías alternativas de transporte, que utilicen un método sin cohetes para la salida y entrega de carga y pasajeros hasta ponerlos en órbita; es indispensable elaborar estándares ecológicos ya que, de otra manera, a nuestro planeta le aguarda un colapso atmosférico;

-adoptar, en lugar del transporte ferroviario, automovilístico, aéreo, que funciona a base de hidrocarburos, dirigibles con una capacidad de carga de 3 000–5 000 toneladas, que utilicen helio-4. Los dirigibles son seguros y ecológicos;

-introducir la prohibición del uso de sanciones económicas globales (que bloqueen completamente cualquier tipo de operaciones financieras y comerciales con países enteros). Utilizar sanciones económicas sectoriales y personales, que limiten determinadas operaciones con personas particulares y/o compañías por el uso excesivo de cualquier tipo de recursos.

El motivo son las condiciones y posibilidades desiguales de desarrollo de los países, de acuerdo con los principios de la “economía verde”, la limitación artificial del nivel de vida, la falta de observancia de los modelos racionales de consumo y producción;

-reconversión del “deshumanizado” Homo sapiens en ser humano e inserción en él de los nuevos estándares ecológicos de consumo del Eco sapiens;

-conclusión para el año 2030 de la discusión de los proyectos y comienzo de la construcción de la mega autopista infraestructural EuRICAA con toda su infraestructura “verde”;

-disolución para el año 2050 de todos los bloques militares y comienzo del desarme total;

 ¿Ingenuidad? ¡Sí! Pero si somos mil, un millón… ¿Y si somos cien millones, un millardo? Esto se convertirá en realidad. ¡Un millardo de Eco sapiens activos lo puede todo!

-creación, para el año 2060, de centros de gobierno y coordinación continentales: América del Norte, América del Sur, África, Europa y Asia. Para el siglo XXII, es necesario desarrollar el concepto de un centro unificado de gobierno y coordinación mundial; en este caso, el planeta Tierra tendrá perspectivas para la continuación en él de la vida de los seres racionales.

Por supuesto, la mentalidad del Homo consumers ha penetrado a tal punto en la carne y la sangre del Homo sapiens, que no tengo ninguna seguridad de que la gran masa de la humanidad adopte mis recomendaciones sobre las nuevas bases de estándares de civilización y comience a plasmarlos en la vida. El potencial intelectual de la humanidad es diverso; por eso pienso que, en el futuro, el tema de la división del mundo en “estados” será considerado no por etnias y nacionalidades, como ocurre actualmente, sino por la mentalidad y la actitud hacia el mundo. Ya es tiempo de liberar al ser humano de una estructura social obligatoria. Es indispensable presentarle todas las opciones de elección, a fin de que decida en qué estructura social planea vivir. No necesariamente debe ser entidades estatales sino, por ejemplo, comunidades diversas: el sistema comunitario primitivo, la antigüedad, el feudalismo, la alta edad media, las comunidades religiosas, el socialismo, el capitalismo, la unión según el nivel intelectual. Puede suponerse que una determinada parte del mundo apoyará mis llamamientos de convertirse en seguidores de la filosofía del Eco sapiens; también en el ámbito cultural pueden aparecer otras ideas filosófico-conceptuales, que atraerán a la gente con su contenido, y que esas personas comenzarán a intervenir activamente en su discusión y realización. Podría esperarse que los ciborgs, los androides y otras criaturas de inteligencia artificial (IA) comenzarán, en el próximo medio siglo, a reflexionar acerca de la creación de su propia comunidad. No me gustaría en lo más mínimo que mi filosofía fuera más cercana a los androides y los ciborgs que al ser humano actual. Es posible, hacia el año 2035, cuando el mundo conozca nuestro proyecto de una Revolución ecológica conceptual, que valga la pena organizar un referéndum mundial. Y si éste fuera apoyado por una cantidad significativa de personas que se unen y dan su voto por tal o cual punto de vista, entonces la nueva estructura del mundo se organizaría no por fronteras nacionales, étnicas o políticas, sino por las conceptuales.

En la base del proyecto EuRICAA yace la idea de la unión mundial por medio de la plasmación en la realidad de la construcción de una mega autopista infraestructural, que atraviese todos los continentes. Sin una idea supranacional, a cada país por separado le será cada vez más difícil desarrollarse a nivel internacional. Más de una vez he dicho que, para los años 2035-2040, muchas uniones entre países pondrán fin a su existencia política, estatal; en la base de este proceso destructivo yacerán las diferencias idiomáticas, religiosas y culturales de los pueblos que conforman esas uniones (la desintegración de todos los imperios del pasado tuvo lugar siguiendo los mismos patrones: idioma, religión y cultura). Todo parece conducir a que, en el futuro, lo más probable será que se vuelva imposible la existencia de naciones y estados con su lengua propia, si tienen una población de 1-50 millones de ciudadanos. En la EU, por ejemplo, se utilizan 24 lenguas oficiales y se apoya la diversidad religiosa y cultural. Pero, con el tiempo, saldrán vencedores los procesos globales: unión, integración, formación de asociaciones. Así lo exige la lógica del desarrollo histórico. Por eso, lo más probable es que, a nivel idiomático, las tendencias se presentarán de la siguiente manera: en Europa quedarán 3 idiomas como máximo: el alemán unificado (para los habitantes de Alemania, Austria, Dinamarca, Holanda, Suecia y Noruega), un idioma románico unificado (en su área geográfica entrarán Francia, Italia, Portugal, España, Rumania) y un idioma eslavo unificado (para la población de Polonia, Lituania, Letonia, Chequia, Eslovenia, Bulgaria, Serbia, Croacia, Bosnia, Macedonia norte). Rusia, Bielorrusia y Ucrania adoptarán el ruso en calidad de idioma estatal único. Suiza y Bélgica ya son países multilingües (con tres idiomas adoptados a nivel estatal) y pueden escoger como idioma principal el románico o el alemán. Los grupos lingüísticos de países como Armenia, Georgia, Finlandia, Hungría, Grecia e Irán son, por un lado, pequeños y por otro, entre ellos existen estados con idiomas muy antiguos y no es correcto imponerles otra cultura. Estos países pueden hacer un referéndum acerca de cual grupo lingüístico prefieren. O conservan su idioma materno y establecen el inglés como segunda lengua.

La idea de la unificación de las lenguas turcas puede aparecer en Turquía, Azerbaiyán, Turkmenia, Tayikistán, Uzbekistán, Kirguisia, Kazajstán, Kazajstán. También es probable la unificación del Thai para Laos, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia; de las lenguas austronesias en Indonesia, Filipinas, Brunei, Timor oriental, Oceanía y Madagascar. Los chinos, japoneses, israelitas, coreanos y el mundo árabe mantendrán en uso sus idiomas.

Recomiendo hacer del inglés el idioma internacional de comunicación, lugar que ya ha ocupado de facto.

Además de esto, utilizando la regularidad matemática, he calculado que los pueblos pequeños en la actualidad ya experimentan de manera inconsciente una falta de armonía demográfica. Si la etnia de esos estados es de entre 1 y 3 millones de personas, entonces prácticamente toda la población es una familia, formada por primos, sobrinos, nietos. 

Vayamos a la fórmula matemática de parentesco que propongo:

аk= а1 × qk-1,

donde:

ak - es la cantidad de personas consanguíneas en la generación k;

a1 - es la cantidad de personas consanguíneas en la primera generación (a1 = 2, ya que comenzamos a partir de dos niños nacidos en cada familia);

q – es el exponente de la progresión geométrico (q = 2, ya que cada 25-30 años, la cantidad de personas consanguíneas aumenta en dos veces);

k - es la cantidad de generaciones (cada una cada 25-30 años).

Averiguamos en qué generación k toda la población (1 millón de personas), se han vuelto consanguíneas, y en adelante vana a contraer matrimonio entre ellos, es decir:

ak = 1 000 000 de personas.;

a1 = 2;

q = 2.

Poniendo los valores en la fórmula, obtenemos:

1 000 000 = 2 × 2k-1;

1 000 000 = 2k;

lg 1 000 000  = lg2k;

es decir que después de 20 generaciones entre 1 y 3 millones de personas se han vuelto consanguíneos.

Por este motivo, son imprescindibles las uniones de etnias pequeñas en formaciones grandes, y la fusión de los idiomas y las culturas.

El segundo tomo de EuRICAA demuestra que es imprescindible para la comunidad mundial aceptar la inevitable revolución ecológica conceptual. De lo contario, todas las palabras y acciones en defensa del planeta resultarán hueras y de la criatura que llaman la “corona de la naturaleza” apenas quedará huellas en los amonites.

Las constantes socio culturales del consumismo, se han agotado a sí mismas y se han convertido en mortales para la humanidad. ¡Creemos juntos una nueva civilización ecológica y una civilización del perfeccionamiento biológico del Eco sapiens!

Estoy convencido de que, si en la primera mitad del siglo XXI el ser humano se conserva y adopta la visión del mundo del Eco sapiens, entonces ante él se planteará el problema de la ampliación de su morada en el Universo. La inteligencia artificial no le dejará un lugar en la Tierra. Al debatir el tema de la búsqueda de una nueva morada para la humanidad, es necesario tener en cuenta que las posibilidades físicas del Homo sapiens contemporáneo son limitadas. Además, no podemos dejar de considerar un factor tan peligroso e impredecible como el desarrollo descontrolado de la inteligencia artificial. Las corporaciones mundiales más grandes, dirigidas por la sed de ganancias, invierten cientos de millardos de dólares en la investigación y desarrollo de todo lo relacionado con la IA. La introducción de la inteligencia artificial en todos los niveles de la vida del ser humano se realiza a tempos muy rápidos. Por ejemplo, la androide Sofía, conocida en todo el mundo, ya se ha convertido oficialmente en ciudadana y contribuyente de Arabia Saudita. Muchos Homo sapiens incluso sueñan en casarse con ella. Y dentro de 50-60 años, los matrimonios entre el ser humano y los androides y ciborgs, serán cosas banales.

¿Dónde, en medio de estas dramáticas condiciones, puede encontrase a sí mismo el ser humano? Es imprescindible que el Eco sapiens dirija todas sus fuerzas intelectuales al perfeccionamiento biológico. Si el ser humano está compuesto de todas esas pequeñas magnitudes de las que está compuesto el Universo, entonces puede no esperar los resultados de la evolución y de mutaciones ciegas, sino que debe comenzar por sí mismo a cambiar su esencia biológica. Un pensador de la época del Renacimiento escribió: “Dios creó al ser humano para que el ser humano se convierta en Dios”. Hoy, ustedes, ciudadanos del mundo, tienen la obligación de hacer todo para que sus descendientes se conviertan en “dioses”, en criaturas universales y adquieran una nueva morada en las inmensidades de Universo. Ustedes no tienen otro futuro.

Hacia 2065-2070 las ciudades comenzarán a vaciarse. Los rascacielos se volverán inhabitables y se convertirán en esqueletos, donde sólo vivirán murciélagos y ratas. Debido a la reducción significativa de puestos de trabajo y a la liquidación del fondo de pensiones, la humanidad deberá volver a la economía natural. Para ese entonces, si la revolución ecológica no tiene lugar, la tierra se volverá estéril. De modo que ante la humanidad aparecerán sólo dos “súper ideas”: cómo mudarse al Universo y cómo cambiarse biológicamente a sí mismos. En su estado físico actual, el ser humano no puede dejar los límites de la Tierra: sin ropa, a temperaturas de entre +6 y +57 grados, muere de frío o de calor en el transcurso de unas 5 horas. Pero podemos cambiarnos a nosotros mismos, utilizando la tecnología del trabajo con magnitudes súper pequeñas, del diapasón nano-, pico-, atto-; una parte de estos estándares me pertenece. Estoy dispuesto a ponerlos a disposición para su uso de manera gratuita. También se puede leer acerca de esta tecnología en mi novela “Solo Mono. Viaje de la consciencia de un derrotista”.

La actividad científica en torno al perfeccionamiento biológico de la especie Homo sapiens, será financiada con recursos del Fondo ecológico de la ONU. Para la realización exitosa del proyecto hay que inyectarle sumas similares comparables al financiamiento del desarrollo de la IA, es decir cientos de millardos de dólares. La finalidad del trabajo de los científicos e investigadores será la creación de un intelecto y una substancia biológicos capaces no sólo de competir con la IA, sino que superar sus posibilidades. Es evidente que se necesita mucho tiempo para esto; pasarán dos o tres generaciones, pero la humanidad se habrá salvado. La especie se conservará y evolucionará. La inteligencia artificial debe, como antes, servir al ser humano; en caso contrario, se expulsará a la gente de todas las esferas de la vida, y no quedará un lugar en el planeta donde el ser humano pueda encontrarse y realizarse.

La única salida para la conservación de la humanidad futura es la creación de una nueva civilización Eco sapiens.

¡Eco sapiens!

Cada kilogramo extra de peso, adquirido por un incontrolable “quiero”, cada producto alimenticio tirado a la basura, comprado innecesariamente, cada gota de agua gastada en vano, cada vestido o camisa nuevos consecutivos, cada par de zapatos de piel o de goma, cada kilogramo abandonado de basura, cada kilovatio o giga caloría de energía gastada sin sentido, cada automóvil o gadget nuevo, influyen negativamente en la ecología del planeta.

Cada unidad de armamento (“Trafalgar”, “Pershing”, “Kaláshnikov”, “Tsin”, “F35”, “Leopard”), probablemente defiende a muchos estados, pero la inestabilidad de la atmósfera adquiere un volumen cada vez más amenazador y gigantesco.

El deseo de rodearse de confort en detrimento del planeta provoca cada vez más acciones irracionales, que matan al mundo circundante, reducen la duración de la vida y se convierten en una nueva paletada de tierra en la tumba de cada uno de nosotros.

En los años 70-80 del siglo pasado, en Alemania, casi cada sábado yo participaba, junto a cientos de miles de ciudadanos, en los movimientos antibelicistas y antiatómicos. Esas protestas, ejercían una influencia muy fuerte en todo el mundo en la formación de la alta política. Como resultado, los años 90 se convirtieron en la época dedistensión política y militar a nivel mundial. Por desgracia, en la actualidad esos movimientos antibelicistas están olvidados casi en todas partes. Considero indispensable revivir la actividad antibelicista y antiatómica. Son pocos los que saben que una bomba de hidrógeno de 10 kilotones quema y convierte hasta 10 km2 de territorio de una ciudad en basura. Y las potencias atómicas tienen unas cuantas decenas de miles de esas bombas. Además, una bomba de 50 megatones es capaz de convertir en ceniza 100 km2 y infringir los destrozos más fuertes en un radio de 200-250 km2, provocar incendios y crear una elevada y mortal radioactividad. Rusia y los EUA poseen cientos de esas bombas. En 2018, en el sur de Alemania, un emigrante realizó un ataque con cuchillo contra los ciudadanos del país. Esto provocó una tormenta de protestas entre la población. Sin embargo, semejante reacción ante lo ocurrido parece inadecuada sobre el fondo de la fuerza militar destructiva real, a la cual son pocos los que le prestan atención; el pacifismo se ha vuelto impopular.

Hay que dedicarse cada día a la actividad antibelicista.

Después de todo lo descrito ¿le ha quedado el deseo de poseer un nutrido guardarropa, de soñar con una villa o con coches de prestigio, de apresurarse a ir a los restaurantes, a los conciertos de música popular, a los partidos de fútbol, de llenar de innumerables “delicatessen” la cesta familiar?

¡Respetables ciudadanos del planeta!

¡A partir del año 2020, comencemos a luchar seriamente por el saneamiento de la Tierra, convirtámonos en transmisores activos de la concepción revolucionario-ecologista del mundo!

¡La vocación y el destino del Eco sapiens son salvar al mundo!

Les he expuesto el Manifiesto de la revolución ecológica conceptual, he descrito una gran cantidad de problemas, he propuesto el Código del Eco sapiens.

A partir de la segunda mitad del siglo XXI, cualquier estructura estatal deberá formarse fundamentándose no en la nacionalidad ni en las etnias, sino en la cultura conceptual-ecológica del ser humano, en el volumen de la expresión más alta de su consciencia.

Precisamente en estas categorías filosóficas, la realidad adquiere verdaderos rasgos de realidad fenomenológica. En este caso, el efecto del goce espiritual o del placer corporal aparece no como el final de la satisfacción de las necesidades, sino en los momentos de iluminación intelectual.

Debemos comprender finalmente que hoy en día, la humanidad parece la civilización en el banquete en tiempos de la peste. ¡La carrera por el crecimiento económico destruye y acabará por completo con el Planeta! ¡Deténganse! ¡Comiencen finalmente a reflexionar y a poner en práctica las nuevas concepciones de nuestro futuro!

Hay que hacer de la educación ecológica de los niños, los escolares y los estudiantes de centros de educación superior, un componente imprescindible del proceso educativo en todo el mundo. La educación ecológica, el pensamiento ecológico deben convertirse en una parte imprescindible, natural de nuestra cultura.

Para la comunidad internacional ha llegado el momento decisivo, cuando es necesario adoptar leyes estrictas en la esfera de la ecología, que prevean responsabilidad penal por su incumplimiento. Yo tengo mis propuestas en este tema, pero considero que es muy importante examinarlas en el campo de la discusión, con la participación de todas las partes interesadas.

La actividad principal del Eco sapiens debe ser la exploración científica de su propia evolución.

Si la revolución ecológica no penetra en el cuerpo y el intelecto de cada uno de nosotros, si la humanidad trata con arrogancia y desprecio mis recomendaciones, entonces, para el momento en que se sucedan dos o tres generaciones, las consecuencias catastróficas serán inevitables.

El nivel de CO2 en la atmósfera ha llegado a un nivel récord para los últimos 800 000 años. Las investigaciones del observatorio estadounidense Mauna Loa, han confirmado que, en abril de 2018, el nivel de concentración de CO2 en la atmósfera fue superior a las 415,26 partículas en un millón. Esto quiere decir que en cada metro cúbico de aire hay no menos de 415 mililitros de gas carbónico. La actitud criminal hacia los problemas ecológicos agudos, permitirá el aumento ulterior de la temperatura. Si para finales del siglo XXI el nivel de dióxidos de carbono en la atmósfera es de 1200 – 1300 partículas en un millón, y si la temperatura aumenta en tan sólo 2 – 2,5 grados – y la sociedad mundial de consumo persigue esto con placer e insistencia- la temperatura del los océanos del mundo subirá hasta los 21-22 grados y la del Océano glacial ártico hasta 9-11 grados.

La curva de Keeling muestra el nivel de concentración de CO2 atmosférico y su crecimiento constante, en base a las observaciones del observatorio de Mauna-Loa (Mauna Loa Observatory) de los EUA.

Como resultado de estos cambios de temperatura, tendrá lugar la subsiguiente emisión de metano de los océanos mundiales -300 millardos de toneladas- y también de las zonas en que se derrite el hielo perpetuo, es decir en las regiones pre polares (Alaska, Canadá, Groenlandia, Rusia) -200 millardos de toneladas- lo que hace un total de 500 millardos de toneladas. Procesos semejantes ya tuvieron lugar en el planeta hace cerca de 500 millones de años. Durante el último Paleoceno, como consecuencia del calentamiento brusco, provocado por las emisiones de metano de los océanos, se fijó un máximo térmico en la Tierra, un incendió planetario. Lo cual provocó una significativa extinción de todo lo viviente por unos 100 000 y más años.

A nosotros nos aguarda una tragedia similar.

P.S. Para un avance efectivo del proyecto, para la realización de los nuevos estándares de la civilización, para el perfeccionamiento de la filosofía ecológica y para reunir con este objeto a todos los partidarios de esta concepción, es indispensable crear en Hamburgo el club “Eco sapiens”.

A partir de 2020, en el marco del trabajo del club “Eco sapiens” de Hamburgo, es necesario acordar la realización trimestral de consultas y discusiones internacionales, cuyo tema principal debe ser el examen de la formación de una visión ecológica del mundo y la creación de un nuevo tipo de Eco sapiens. Se crearán centros regionales en Hamburgo (Alemania), Estocolmo (Suecia), Moscú (Rusia), Milán (Italia), Lyon (Francia), Valencia (España), Varsovia (Polonia), Tbilisi (Georgia), Tashkent (Uzbekistán), Haifa (Israel), Estambul (Turquía), El Cairo (Egipto), Riad (Arabia Saudita), Teherán (Irán), Bombay (India), Osaka (Japón), Shanghái (China), Hanoi (Vietnam), Dar es-Salaam (Tanzania), Acra (Ghana), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Montreal (Canadá), Boston (EUA), San Francisco (EUA), Sao Paulo (Brasil), Guadalajara (México), Córdoba (Argentina), Macasar (Indonesia), Canberra (Australia). 

            Distinguidos representantes de esos países y ciudades: a aquellos de ustedes que estén dispuestos a encabezar los clubes nacionales de discusión y participar en sus actividades, les pedimos que nos envíen sus solicitudes. Si les inquietan los problemas ecológicos del planeta, únanse al club “Eco sapiens” de Hamburgo. Conviértanse en líderes de la nueva civilización Eco sapiens.